Reseña: Los Juegos del Hambre, de Suzanne Collins.

Soy de los que leo pocas novedades. No sé si es un defecto, virtud o manía pero siempre lo hago. Tal es el caso de Los Juegos del Hambre, de Suzanne Collins, novela que todos conocen y que ha recogido excelentes críticas. Podría contar las mil impresiones que tuve pero sé que Blogger me bloquearía por semejante testamento, así que solo resaltaré lo más importante (todo).

Un pasado de guerras ha dejado los 12 distritos que dividen Panem bajo el poder tiránico del "Capitolio". Sin libertad y en la pobreza, nadie puede salir de los límites de su distrito. Sólo una chica de 16 años, Katniss Everdeen, osa desafiar las normas para conseguir comida. Sus prinicipios se pondrán a prueba con "Los juegos del hambre", espectáculo televisado que el Capitolio organiza para humillar a la población. Cada año, 2 representantes de cada distrito serán obligados a subsistir en un medio hostil y luchar a muerte entre ellos hasta que quede un solo superviviente. Cuando su hermana pequeña es elegida para participar, Katniss no duda en ocupar su lugar, decidida a demostrar con su actitud firme y decidida, que aún en las situaciones más desesperadas hay lugar para el amor y el respeto.

Este libro ha sido de los mejores que he leído, sencillamente magnífico. Collins logra tejer una trama en un mundo distópico tan real que resulta abrumador. Con un excelente ritmo narrativo, diálogos ingeniosos y personajes que se perfilan por sí solos, logrando que la historia avance de una manera asombrosa y admirable.
De entre todos los personajes presentes, cabe destacar la protagonista, Katniss, por haberme devuelto la certeza de que sí pueden existir chicas inteligentes y valientes; Peeta por haber conseguido simpatizarme y enseñar que no son necesarias 500 páginas de azúcar para lograr contar un romance y por último Gale, de quien muy pronto espero conocer mucho más.  Porque este no es solo un libro de ciencia ficción, es un libro con guiños a una sociedad que todos reconoceríamos.

La imaginación de la escritora se ha confabulado con un estilo de escritura que atrapa y no te da respiro hasta que has devorado la última página. Personalmente no podía despegarme de la historia, quería seguir para saber cómo continuaba y sin embargo, en el fondo, temía que llegara un final. Los Juegos del Hambre es uno de esos pocos libros que te hacen pensar, te entretienen y al mismo tiempo profundizan en temas tan importantes como el control de un gobierno. Entre líneas puedes leer una segunda historia, una más intensa pero igualmente sobrecogedora.

En el Capitolio tienen cirujanos que hacen a la gente más joven y delgada, mientras que, en el Distrito 12, parecer viejo es una especie de logro, ya que muchos mueren jóvenes. Si ves a un anciano te dan ganas de felicitarlo por su longevidad, de preguntarle el secreto de la supervivencia. Todos envidian a los gorditos, porque su aspecto significa que no han tenido problemas para comer, como la mayoría de nosotros. Aquí es distinto: las arrugas no son deseables, y una barriga redonda no es símbolo de éxito.

 

En síntesis, Los Juegos del Hambre es una novela de altura, con un puesto que se ha ganado a pulso por demostrar que aún hay muy buenas historias de ciencia ficción que contar y al mismo tiempo, encandilarnos con una trama magistral, momentos de mucha emoción, tensión e incertidumbre, y personajes tan entrañables como inolvidables. Suzanne Collins creó un impresionante libro que pese a mostrarse como juvenil, esconde en sus páginas una historia con mucha profundidad.

 

¿Alguien sabe si Collins es la hermana pérdida de nuestra querida Rowling?