Reseña: El Eterno Olvido, de Enrique Osuna

Calidad, curiosidades, datos, información, dinamismo, y una trama muy bien montada, son por lo menos, algunos de los ingredientes que podemos encontrar en las páginas de El Eterno Olvido, de Enrique Osuna.

El autor nos presenta un fantástico juego virtual, que busca dar con la mente más brillante y avispada del mundo, y que lleva por título: KAMDUKI. Al mismo tiempo, tenemos a Samuel, quien se ve irremediablemente inmerso en dicho juego y aunque él al principio no lo note, éste absorberá todo su tiempo. De igual forma, tenemos a Marta y a Lucía, dos chicas completamente distintas que comparten el sentimiento de la amistad. Pero lo que no sabe ninguno de estos tres personajes, es que pronto serán víctimas del arriesgado amor.

Podría extenderme durante muchos folios (lo quisiera), y así narrar los acontencimientos de la historia y mis impresiones. Sin embargo, lo primero no sería muy justo, por lo que he buscado la solución más lógica y viable: limitarme a comentar el libro. 

 Desde que tuve la oportunidad de conocer El Eterno Olvido, me propuse la meta de leerlo algún día, pues suscitó en mí cierto interés, derivado de mi acostumbrada manía de dar lectura a toda aquella buena historia que se me pase por el frente. Y ahora, cuando acabo de penosamente despedir a los personajes, me alegra darme cuenta de que es una de las mejores metas que he podido plantearme.

Comencé el libro expectante, deseoso de intriga y buenos personajes. Y así fue, me encontré con todo lo anterior y mucho más: buena calidad narrativa, fluidez, magníficos escenarios, buenos diálogos, reflexión, inteligencia, verdades, reclamos, descripciones nada tediosas, unas pruebas muy espeluznantes a la par que fantásticas e interesantes, adicción por parte del lector, y en especial una protagonista a la que tardaré mucho en olvidar.

Todo fue comenzar el libro, y buscar cualquier minuto libre para adentrarme de nuevo en él. Esta última semana la universidad no me dió mucha tregua, pero logré sobrellevar la situación y estos últimos dos días me hice con el final de la historia. 

El Eterno Olvido es un libro que tiene un único propósito: entreternos. Se vuelve adictivo cuando te adentras por completo en la trama, y en la segunda mitad del libro ya no puedes parar de leer, pues te encuentras deseoso de conocer qué sucederá y cuál será el destino de los protagonistas. Otra de las cosas a destacar y agradecer al autor, es toda la reflexión que se puede extraer de la historia. Hubieron momentos en que releía alguna parte, tan solo para disfrutar de toda la calidad y la riqueza intelectual que ofrecía.

En lo que se refiere a las pruebas de desafío, quisiera confesar que los enunciados me parecieron estupendos y los resultados, sencillamente inteligentes. Forcé las neuronas en más de una ocasión, y comprobé lo que de primera mano conozco: a veces buscamos las respuestas más difíciles, cuando en realidad la cuestión está frente a nuestros ojos y es mucho más fácil de lo que creemos. Pues no siempre todo es tan evidente.

Hay muchas frases que guardé por su valiosa carga emocional. Lamentablemente mi programa no ha querido funcionar cómo se debe, y por consiguiente no he logrado colgarlas, pero ya las iré soltando pronto.

Existen etapas en la historia, en las que se hace cierta mención a los libros de Stefan Zweig, escritor que he leído con total éxito; detalle que me hizo, por sorprendente que pueda parecer, conocer bastante de la vida del autor. Como también referencias a otros libros muy famosos, y a escritores como Nietzsche. De todo lo anterior planteado, me atrevo a decir que Enrique Osuna es un escritor de talento, que en este primer contacto, logró formar parte de mis autores de cabecera, a tener en cuenta en cualquier otra publicación que haga. Supo cómo jugar con el lector, hacerlo partícipe de lo que sucedía, invitarlo a realizar una frénetica lectura y crear emociones encontradas en todos sus lectores.

En síntesis, El Eterno Olvido es una novela de intriga y sentimientos, con una trama muy bien elaborado y unos personajes difíciles de olvidar. Con unos cimientos muy bien establecidos y claros, creando adicción y reflexión en su lectura.

Por último, Enrique, ¿dónde consigo una Lucía para mí?